Las primeras reivindicaciones nacionalistas aparecieron en las Repúblicas Bálticas y en las caucásicas en el año 1989. Empezó a entreverse la dificultad de mantener la unión de diferentes naciones, etnias y religiones que configuraban la URSS.
En 1990, se convocaron las primeras elecciones parcialmente pluralistas en las que en muchas repúblicas ganaron las fuerzas políticas independentistas. Lituania declaró inmediatamente su independencia, sentando un precedente para las demás repúblicas que constituían la URSS. El movimiento que definitivamente derrumbó la URSS vino de Rusia, la nación que había construido el imperio zarista, antecesor del estado soviético. En las elecciones, Boris Yeltsin, fue elegido presidente del Parlamento ruso. Desde esa posición de poder, Yeltsin intentó desmantelar todo el sistema comunista mediante medidas que precipitaron el fin de la Unión Soviética.
Por su parte, Gorbachov, intentó controlar el proceso evidente de desintegración territorial, política y económica. En 1991 propuso un nuevo Tratado de la Unión para establecer una relación más equilibrada y equitativa entre las diferentes repúblicas nacionales. Sin embargo, los comunistas ortodoxos trataron de imponer una solución de fuerza, el 19 de agosto de 1991, Gorbachov era secuestrado en su residencia de veraneo en el Mar Negro y un grupo de comunistas de la línea dura se ponían al frente de un golpe militar. La falta de unidad en el ejército y las acciones de protesta popular en Moscú, junto a la actuación de Boris Yeltsin, hicieron fracasar el golpe.
En agosto de 1991, sectores conservadores intentaron un golpe de estado contra el presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov.
Tras el fallido golpe de agosto de 1991, el líder ruso Boris Yeltsin exigió a Gorbachov que suprimiera el partido comunista.
Tras el golpe militar frustrado se precipitó la huida de todas las repúblicas de una Unión Soviética. La nueva República de Rusia, la más extensa, poblada y rica fue la heredera del poder de la URSS. En pocos meses, su presidente Boris Yeltsin inició un proceso destinado a suprimir el comunismo: se disolvió el PCUS y sus bienes fueron confiscados.
En diciembre de 1991, los líderes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia acordaron la denominada Declaración de Belovezhskaya Pusha: las tres repúblicas eslavas abandonaban la URSS y formaban una así llamada Confederación de Estados Independientes. En este mismo mes, las repúblicas restantes de la URSS (Estonia, Letonia, Lituania, Moldavia, Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajistán, Georgia, Tayikistán, Armenia, Azerbaiyán y Kirguizistán) declararon su independencia. La URSS, dejó de existir.
Cada país siguió una evolución distinta, aunque todos encaminaron sus esfuerzos a la instauración de regímenes democráticos. Los casos más notables fueron:
Rusia, agobiada por todo tipo de problemas, a duras penas consiguió mantener su influencia en algunos de los nuevos estados surgidos de la antigua URSS.
Georgia, Azerbaiyán y Armenia sufrieron conflictos armados de tipo nacionalista.
Gorbachov intentó crear una Comunidad de Estados independientes (CEI) a la que no quisieron integrarse ni las Repúblicas Bálticas ni Georgia. El día 25 de diciembre de 1991, dimitió como Presidente de la URSS. El mundo bipolar de la guerra fría había tocado a su fin. Anunciado por el presidente Bush a principios de 1991, nacía un "nuevo orden mundial".
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